jueves, 10 de marzo de 2011

Orientación vocacional: ¿dónde estás y hacia 


dónde vas?

Cuando los adolescentes terminan la secundaria se les abre un mundo nuevo, en el que las decisiones juegan un rol muy importante: el de moldear sus futuros a través de la elección vocacional. Acompañarlos, es fundamental. 
Lic. Deby Goldberg
Adolescentes
¿Dónde estoy? ¿Qué quiero de mi vida? ¿Hacia dónde voy? Al estar terminando la secundaria (o al haberla finalizado), el adolescente comienza a formularse estas preguntas que se refieren a su presente inmediato pero, sobre todo, a su futuro: ¿a qué me voy a dedicar?
La pregunta dónde estoy es el principio de las demás preguntas que tienen que ver con el sentido de vida: el “para qué” de la vida del joven que elige una carrera. En este momento de cambio, de certezas derribadas, de miedos, pero con intentos de visualización de sí mismo en un futuro, intervienen diferentes personas, entre ellas un profesional: el psicólogo-psicopedagogo. Su función es guiarlo en este camino sinuoso de certidumbre-incertidumbre que lo inunda. Sólo el mismo adolescente sabe acerca de su deseo vocacional y el profesional lo orienta pero no decide por él.  
La psicología aporta un marco científico que sustenta la disciplina de la orientación vocacional, tan necesaria en tiempos modernos de seguridades disueltas. El tejido de este marco está compuesto por: la psicología positiva, el humanismo–existencialismo y el psicoanálisis.
La psicología positiva pone el énfasis en las fortalezas de los seres humanos, la salud y el bienestar psicológico. El humanismo sostiene que cada ser humano es único, libre y autodeterminado y busca la autorrealización. Es a través de la carrera elegida que esto último es posible. A su vez, el creador del existencialismo, Viktor Frankl, cuya presencia en campos de concentración y exterminio dejó en él la impronta sobre la que basó su teoría, expresa que aquellos que tienen un para qué vivir, sobrevivirán, replicando la idea de Nietzsche. Esto, llevado al terreno de la búsqueda vocacional, nos ubica en una instancia en la cual si tengo un porqué, estaré más cerca de la autorrealización y, por tanto, lograré los objetivos que tengo en la vida.  Es decir, si tengo un sentido en la vida podré guiar mis deseos e intentaré cumplirlos. Los deseos, como indica Freud, no siempre son conscientes; muy por el contrario a veces son elegidos y guiados por causas desconocidas por nuestra consciencia. El profesional sirve de lazarillo en la oscuridad de la raíz de las motivaciones. 
El universo vocacional-ocupacional es muy grande y la orientación vocacional se propone ser una guía al emprender la elección de una carrera o al momento de la búsqueda laboral. Su meta es promocionar las fortalezas humanas, fundamentalmente a partir del estudio y el trabajo elegidos con plenitud, libertad y responsabilidad.

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