martes, 12 de julio de 2011

La organización del hogar durante el receso escolar

La familia está más horas reunida que el resto del año y deben congeniar horarios, pareceres, gustos, expectativas. ¿Cómo dividir el tiempo entre las distintas actividades e intereses? Es imprescindible que los papás sepan que los límites significan amor. De esta manera, el tiempo libre resultará beneficioso.



Las vacaciones de invierno se convierten en una oportunidad de encuentro familiar. Es un corte en medio del año para cargar energías y poder seguir adelante la otra mitad con más fortaleza. Esto se puede cumplir, entre otras cosas, eligiendo actividades para realizar en familia.
Encontrar programas en la vasta cartelera que se ofrece en la ciudad de Buenos Aires es una idea. También programar salidas con amigos en las que las mamás se turnen no es una mala idea. Cuando te toque es una buena ocasión para conocer un poco mejor a los amigos de tus hijos.
Que inviten a casa o que vayan ellos a otras también es positivo. Sobre todo cuando el bolsillo no permite hacer salidas muy caras. Organizar una merienda con juegos didácticos, que los saquen un poco de la computadora y demás artefactos resulta altamente beneficioso. El juego de la Oca, Scrabble, cartas, ajedrez… Son algunas de las posibilidades para activar zonas del cerebro poco exploradas con tanta computadora y televisión. Y por qué no ver una buena película para luego comentarla o hacer una actividad en relación a ella como realizar dibujos o disfrazarse.
Un capítulo especial merecen los libros. Es interesante poder ir con los chicos a la biblioteca del barrio y seleccionar libros acordes a la edad de los niños o adolescentes. Y para los más chicos, leerles cuentos resulta una experiencia favorecedora.
En vacaciones, algo tan simple como poder dormir más resulta eficaz para descansar y recuperarse del cansancio acumulado en la primera mitad del año. Sin embargo, se deben tener en cuenta las obligaciones de cada miembro de la familia, ya que no siempre los padres tienen vacaciones en esta época del año, lo que complica un poco esta posibilidad. Más aún, resulta una experiencia de estrés más que una oportunidad para descansar. Por ello, debemos buscar un equilibrio entre las necesidades de los chicos y las de los papás. Puede ocurrir que los horarios libres no coincidan y, a la hora que los adultos se despiertan para ir a trabajar, los chicos adolescentes se estén yendo a dormir… Por eso, es fundamental que los papás pongan orden.
La autoridad la ejercen los adultos. Que los chicos tengan tiempo libre no significa que estén libres de hacer lo que quieran porque están de vacaciones. Los chicos deben saber que, si bien ellos están en receso escolar, sus padres no siempre tienen receso laboral.
La familia está más horas reunida que el resto del año y deben congeniar horarios, pareceres, gustos, expectativas. Es imprescindible que los papás sepan que los límites significan amor. De esta manera, el tiempo libre resultará beneficioso.

Deby Goldberg, licenciada en psicología y psicopedagogía, directora de Espacioaieka.

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